Cada año, #China vive dos días de tensión y expectativa máxima: el 7 y 8 de julio, millones de #jóvenes se juegan su destino en el #gaokao. Este #examen, tomado por 13,4 millones de #estudiantes de secundaria, decide quiénes conseguirán uno de los 4,5 millones de cupos que hay en las #universidades del país. Los adolescentes se preparan durante años, #estudiando al menos 12 horas diarias bajo una presión inmensa. Un buen puntaje en el gaokao es, para muchos, la única vía para ascender en la escala social.
“En sus mentes es como ir a la guerra”, explica Xueqin Jiang, educador de Harvard. Los profesores recalcan que el gaokao es un asunto de vida o muerte. Desde el nacimiento, los padres se enfocan en maximizar el desempeño de sus hijos en este examen crucial. En los días previos, los estudiantes se reúnen para entonar cantos de batalla que les elevan el ánimo: “¡Vamos a lograr la victoria, vamos a derrotar al gaokao!”.
El día del examen, las ciudades se paralizan. Las familias salen a las calles para desear suerte a los jóvenes mientras las autoridades despliegan un riguroso operativo de seguridad que incluye cámaras, GPS y drones para prevenir el fraude. Las penas por intentar hacer trampa pueden llegar hasta la cárcel. Se cierran vías, se suspenden obras cercanas y se organiza transporte especial para garantizar que nada distraiga a los estudiantes en su enfrentamiento con el gaokao, la prueba de sus vidas.