Ceremonia de apertura de San Fermín

Pamplona se prepara para convertirse en un hervidero de navarros y foráneos que sueñan con el uniforme blanco y el pañuelico rojo, santo y seña de una de las fiestas más multitudinarias y reconocidas en el mundo, la fiesta de San Fermín.

Y a escasos metros del casco viejo de la ciudad, en los llamados Corrales del Gas, ya descansan, ajenos al bullicio, los verdaderos protagonistas de esta singular celebración: los toros, los de más trapío entre las más reconocidas ganaderías, que correrán los ocho encierros matutinos y serán lidiados por la tarde en la plaza ante la algarabía de 20.000 personas apretadas en los tendidos entre viandas y bebidas.