En Acapulco, una ciudad sin agua, electricidad ni combustible, donde desde el paso del poderoso huracán Otis se ha permitido, e incluso animado, a la gente desesperada a llevarse artículos de primera necesidad de los comercios dañados.
El poderoso ciclón de categoría 5 dejó 27 muertos y un halo de destrucción en toda la zona; reforzaron la seguridad ante crecientes hechos de violencia; hay turistas varados.
En Acapulco no había gasolina, no porque no hubiese combustible, sino porque no había electricidad para hacer funcionar los surtidores. La mayoría de las familias buscaban agua de forma ansiosa y algunas dijeron que estaban racionando su suministro. El suministro municipal estaba paralizado porque el sistema de bombeo no tenía electricidad.