El Tren del Fin del Mundo, un nombre evocador que le hace justicia por completo. Esta línea ferroviaria es la más austral de todo el planeta, es decir, la ubicada más al sur del mundo y hace un espectacular recorrido en la remota Tierra del Fuego, al sur de Argentina. Originalmente, era utilizada para trasportar a los presos de una cárcel hasta el bosque para talar madera, pero ahora ha revivido como una popular atracción turística.
La historia del Tren del Fin del Mundo se remonta a 1902. En ese año se empezó a construir una cárcel en la ciudad de Ushuaia, al mismo tiempo que se inauguró el primer xylocarril. Este consistía en una locomotora de vapor con coches planos que se movían por encima de unas vías de madera empujados por bueyes, caballos e incluso los propios presos de la cárcel.
Ahora, el Tren del Fin del Mundo se ha convertido en una popular atracción turística. Cuenta con réplicas de las antiguas locomotoras a vapor, servicio a bordo y un sistema de audio que relata la historia del tren. El recorrido comienza en la bautizada como Estación del Fin del Mundo y se abre paso a través de lo que serían los últimos 7 kilómetros del recorrido original. Además, hace una parada intermedia en la Estación La Macarena, donde los pasajeros pueden disfrutar de una espectacular vista antes de entrar al Parque Nacional Tierra del Fuego.
