Las mágicas paredes del dormitorio de Andy, con cielos y nubes azules pintados, hicieron que los niños de todo el mundo quisieran cambiar sus dormitorios. El color y la calidez, los juguetes familiares, los libros, los juegos de mesa y el juego imaginativo nos transportaron a los adultos instantáneamente a la magia de la infancia, un tiempo en el que todo es posible.
Ahora, una exposición organizada en San Pablo, Brasil, recrea el dormitorio de Andy para hacerle sentir a los visitantes cómo es cuando uno ve el mundo con ojos de juguete. Para eso, reconstruyó la habitación a una escala gigante, en la que las personas tienen el tamaño equivalente a juguetes. Así, se genera la magia de ver la cama y los muebles de Andy al mismo tamaño que los veían Woody y Buzz, quienes por siento también forman parte de la instalación mediante muñecos a escala de la habitación.