En Trondheim, Noruega, han encontrado una solución ingeniosa para acabar con el temor a las cuestas: un ascensor para bicicletas. Funciona con una plataforma inclinada motorizada donde los ciclistas apoyan el pie, mientras siguen montados en su bicicleta. Este ingenioso sistema permite que el ciclista y su bicicleta avancen a una velocidad de aproximadamente 8 km/h