El número π (pi), más que solo una relación entre el diámetro y el radio de un círculo, es un símbolo matemático lleno de misterio y maravilla. A lo largo de la historia, π ha sido objeto de fascinación y estudio intenso.
π ha sido estudiado por cerca de 4.000 años. Los babilonios establecieron su valor aproximado en 3.125, mientras que los egipcios llegaron a un valor ligeramente diferente de 3.143. Estas civilizaciones antiguas, sin tecnología moderna, ya reconocían la importancia de π en sus construcciones y cálculos.
Por ejemplo, se ha utilizado en la construcción de estructuras icónicas como las Pirámides de Giza.
El número π no es solo una constante matemática, sino también un puente entre el mundo teórico y el tangible. Su presencia en la naturaleza, la arquitectura y la tecnología nos recuerda que los patrones matemáticos forman el tejido del universo.