En diciembre de 2019, el fotógrafo belga de vida salvaje Yves Adams capturó una fotografía de un raro pingüino amarillo en la isla Georgia del Sur durante una expedición de dos meses, ¡marcando lo que se cree que es el primer avistamiento de un pingüino de este tipo!
La singular coloración amarilla del pingüino se atribuye al leucismo, una mutación genética que reduce la producción de melanina, lo que da lugar a su aspecto distintivo en comparación con el típico plumaje blanco y negro de los pingüinos rey.
Este notable descubrimiento ha suscitado una gran atención, al poner de relieve la diversidad e imprevisibilidad de la pigmentación de la fauna salvaje y sus implicaciones en la supervivencia y las interacciones sociales de individuos tan poco comunes.
Fotos: @yves_adams